“Sólo aprendemos de un maestro al que queremos”. Estos son los estilos de apego en Educación
La manera que tenemos los docentes de relacionarnos con nuestros alumnos es un pilar fundamental para su aprendizaje, no sólo académico sino personal también. Francisco Mora, gran conocedor del cerebro y experto en Neuroeducación, popularizó la frase que daba nombre a uno de sus libros Sólo se aprende aquello que se ama.
Estoy totalmente de acuerdo con la frase de Mora, pero añadiría que sólo aprendemos de un maestro al que queremos. De ahí que sea fundamental que los maestros tengamos unas nociones básicas sobre cómo relacionarnos emocionalmente con nuestros alumnos y qué características del maestro hacen que el aprendizaje sea óptimo.
La manera en que nuestros padres nos han enseñado a relacionarnos con los demás, social y emocionalmente, tiene una serie de consecuencias, positivas o negativas, a lo largo de nuestra vida.
Teoría del apego
Hace más de medio siglo que John Bowlby, médico psicoanalista inglés, desarrolló la teoría de apego. Todos los mamíferos superiores, entre los cuales nos incluimos nosotros, venimos al mundo con la capacidad innata de apegarnos a nuestra/s figura/s de apegopara aumentar nuestras probabilidades de supervivencia.

4 de cada 10 niños tiene un apego inseguro, con todas las consecuencias que tiene esto para el niño
Pero comencemos construyendo la casa desde el principio y no por el tejado. Quizá dos de las figuras de apego más significativas para un niño pequeño son sus padres y su profesor o profesora. Es por ello que se hace necesario conocer cuáles son las características de una figura de apego segura. La gran mayoría de estudios que se han realizado desde Bowlby hasta la actualidad han llegado a la conclusión de que en torno a un 60% de la población tiene apego seguro, lo cual implica que 4 de cada 10 niños tiene un apego inseguro, con todas las consecuencias que tiene esto para el niño.
Dos de las figuras de apego más significativas para un niño pequeño son sus padres y su profesor o profesora
A continuación veremos cuáles son las características del apego seguro para que los docentes puedan establecer una correcta relación emocional con su alumnado:
1. Protección
La función principal de un apego seguro consiste en proteger al menor. Los niños, por definición, son dependientes y necesitan del cuidado de las personas que están al cargo de él (madre, padre, profesores, abuelos, etc). Nuestra obligación es ofrecerles entornos seguros y protegidos. Cuando el niño se siente protegido y en un entorno de seguridad, surgen las ganas de explorar lo que le rodea (curiosidad).

2. Autonomía
Como característica complementaria de la protección tenemos la autonomía. Tan importante para un niño es que sus padres y maestros le den seguridad, como que les permitan y animen a ser autónomos, es decir, a hacer las cosas por sí mismos.

3. Decodificación
El concepto de decodificación lo acuñó Peter Fonagy. ¿Os acodáis del antiguo Canal Plus? Necesitábamos una llave que decodificara la señal para poder ver el canal. A esto mismo se refiere este concepto. Cuando los niños ven algo en el patio que no entienden, un niño de Bachillerato que les asusta o se pelean con su mejor amigo, necesitan que una autoridad, normalmente una de sus figuras de apego (en el colegio sería generalmente su tutora) le explique qué ha pasado y por qué se sienten de esa manera. Es decir, necesitan que alguien les decodifique lo ocurrido. Alguien se lo tiene que explicar. Tenemos la obligación de darles una explicación o una narrativa a lo sucedido. Cuando los niños nos preguntan algo porque necesitan saciar su curiosidad, tenemos la obligación de darles una respuesta adaptada a su edad (decodificar).
4. Ser visto
El concepto de ser visto incluye varias cosas. Un niño es visto cuando estamos con él al 100%, dejando a un lado lo que estemos haciendo porque lo que en ese momento tiene importancia es el menor. Cuando es el día de Halloween, los niños se disfrazan para ser vistos. Se disfrazan para que les digamos lo terroríficos que van y lo genial que es su disfraz. El ser visto implica tres características:
Atención: prestar atención al niño con todos nuestros sentidos. Sabemos que en ese preciso momento, lo más importante es él/ella.
Afecto: tratar en ese momento con todo el afecto del mundo a nuestros niños. Reforzarles, alabarles, etc.
Normas y límites: el ser visto también implica ponerles normas y límites a nuestros alumnos e hijos. Cada vez que les decimos a nuestros niños NO, les estamos diciendo que les queremos. No te dejo ir al río en este prado porque te quiero.
5. Responsividad
No debemos confundir la responsividad con la responsabilidad. También es importante que las figuras de apego seamos responsables, pero en esta ocasión me refiero a la responsividad. Este concepto se refiere a la idea de que demos respuesta siempre que nuestro hijo o alumno tenga una necesidad de tipo emocional. Consiste en ser contingentes con las necesidades de nuestros hijos. Como figuras de apego debemos responder a todas sus necesidades. Ojo, no confundir necesidades con deseos. Me gustaría (deseo) que me tocara la lotería, pero puedo vivir sin que me toque (no es una necesidad).

Para concluir este artículo, deciros que desarrollar un apego seguro en nuestros niños tiene un efecto de protección futuro muy grande. Aquellos niños que tienen un apego seguro se mostrarán en un futuro con mayor capacidad de tolerar la frustración y el estrés, tomarán mejores decisiones, aprenderán a autorregularse emocionalmente mejor y serán adultos más adaptados en sus entornos. Como os imagináis, en los casos de niños con apegos inseguros (evitativo, ansioso-ambivalente o desorganizado) nos encontraríamos las características contrarias, con las consecuencias tan devastadoras que tendría esto para el niño, el adolescente y el adulto.
Rafael Guerrero Tomás es psicólogo, director de Darwin Psicólogos y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Además, también imparte clase en el Máster de Atención a la Diversidad y Apoyos Educativos del Centro Universitario Cardenal Cisneros. Especialista en TDAH, trastornos del aprendizaje y trastornos de conducta. Autor del libro “Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Entre la patología y la normalidad” (Libros Cúpula, 2016).
Rafael Guerrero Tomás es psicólogo, director de Darwin Psicólogos y profesor de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Además, también imparte clase en el Máster de Atención a la Diversidad y Apoyos Educativos del Centro Universitario Cardenal Cisneros. Especialista en TDAH, trastornos del aprendizaje y trastornos de conducta. Autor del libro “Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Entre la patología y la normalidad” (Libros Cúpula, 2016).
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